miércoles, 10 de noviembre de 2010

el viaje del abuelo..

hace poco menos de un mes mi mamá fue operada y le fue retirada la matriz que tenía guardada debajo de su ombligo.. en el tiempo que consideraron los doctores necesario para su recuperación, ella fue visitada por una buena parte de mi familia.. entre los personajes que la visitaron estaba el abuelo..

el día de su visita todos lo vimos pasar, pero él no saludó a nadie.. parecía conocer el camino que llevaba directo a su habitación.. 

durante su breve estancia con mi mamá platicó algo que todos desconocíamos, él conoce los viajes astrales.. 

las pocas palabras que cruzó con mi mami fueron acerca de su viaje astral.. le recordó que no estamos solos en el universo.. en un mar sideral tan infinito no podemos estarlo.. recordaba con nostalgia que en sus tiempos el universo medía solo quinientos kilómetros de largo y que el sol giraba al rededor de nosotros.. yo recuerdo con melancolía como en mis tiempos había nueve planetas en el sistema solar.. cada vez hay menos planetas pero mas galaxias..

el abuelo sabe como están cambiando las cosas hoy en día y para no perderse en medio de ese irreversible cambio planetario, decidió visitar a mi mamá con su sombra.. cuando él seguía sentado en su sillón y con un periódico en su regazo, mientras dormía, su sombra iba a decirle a su hija que no estamos solos.. que ella no estaba sola.. que además de un centenar de galaxias, un millar de mundos y un millón de personas, ella tenía a un padre que la apoyaba hasta dormido..

contándole a mi mamá el gran cambio que pasaba a su alrededor, el abuelo comenzó a tartamudear, después a hablar entrecortado y al final calló.. se levantó de su lado y camino hacia la puerta de entrada de la sala de recuperación.. girando la cabeza le regaló una postal con una sonrisa sin dientes a mi mamá y salió por la puerta..

sentados en la sala de espera vimos pasar de nuevo al abuelo, con ese paso velóz y distraído que tienen los ancianos.. sin mirarnos pasó de nuevo frente a nosotros y salió del hospital.. al levantarme e intentar seguirlo noté que había desaparecido en el umbral del sanatorio.. olía a ese olor característico que huele él.. a cartón mojado.. a sabia decrepitud.. entendí entonces que su sombra había venido a saludar a mi mamá..

y mientras, en casa del abuelo, mi abuelito despertaba de la siesta que toma todas las tardes.. oliendo a hospital y mirando el cielo como hasta hoy lo ha hecho..

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