he prometido no volver y llevarme hasta la última semilla.. cambiando inmortalidad por humanidad.. la tolerancia aumenta a grados exponenciales y los bajones ya son pocos..
cada semana vuelvo a mi refugio y lo noto igual que siempre.. algo esta cambiando y lo que me asusta es que creo ser yo quien va cambiando.. tengo que hablar con alguien para comprobarlo..
extrañar nunca se me había hecho tan fácil y tan difícil.. olvidar entre semana es fácil, pero a la una y media de la tarde, cuando en mi camino me encuentro con un teléfono colgado, los números se desbordan en mi cabeza y marco los primeros que logran alinearse en una fila de 8 dígitos.. suena una vez, dos veces, tres veces y por el otro lado de la línea se escucha una voz.. me alegro de ser escuchado, me entristezco de no oír su voz.. con el fluir de las palabras los recuerdos se envuelven en sombras dentro de mi cabeza y la voz que escucho al fin se convierte en la voz que quiero escuchar: hola mamá, ¿cómo están en casa?..
colgando el teléfono en su sitio noto que las palabras oídas son las que necesitaba escuchar.. sonrisas completas se dibujan en mi cara y ese cielo eternamente nublado (y que nunca cae en lluvia) empieza a despejarse sobre la explanada, porque sabe que estoy feliz..
sin tener mucho mas que hacer hasta las dos de la tarde, subo a mi dormitorio, al dormitorio uno y me recuesto en mi cama.. cierro mis ojos pensando en ti y derramo un par de lágrimas silenciosas.. algo esta cambiando.. empiezo a extrañarte..
ya solo faltan 7 horas para hablar contigo en mi siguiente episodio onírico.. manolo te extraño..
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